Roza tu piel en mis labios.
Cógeme firmemente con tus brazos
Cógeme y disfruta mi sabor envenenado
Cógeme y degusta tu sabor laico.
Coge fuerte al corazón, que no se escape sin razón
Coge mi mano y tantea con ella tu elevada belleza. Tu sexo de hiena.
Coge fuerte al deseo, antes de que se diluya por entre la maleza...
Selva de años.
Coge y suelta, coge cada vez que vuelva a tus brazos tras mi vuelo raso por encima de tu tejado.
Coge y suelta mi amor, suelta al olvido engañado. Suelta y después Recoge el fruto, que pronto viene lo Acordado. .
Y suelta de nuevo y acógeme luego, otra vez, en tu regazo para dormir una vez más, junto al arruyo, de tu pecho sagrado.
Recorre la cicatriz de mi corazón con la que te amo. La misma que me recuerda, que nunca serás pasado.
La misma cicatriz del presente, hecha lo por aquella eléctrica corriente, que atravesó mi mente el día que por primera vez hablamos.
Cógeme suavemente y llena el silencio de mi sueño. Llénalo de amor Bravo
Y al llenarme vacíame de aquellos miedos que en un pasado quedaron anclados.
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