el cordero y el carnero




El mágico bosque no dejaba lugar a dudas,
El cordero y el carnero, el verdugo y su victima.
Tanto el uno cómo el otro adoptaron su papel alegremente,
Sin tristeza, sin confusión.
Pero solo era una ilusión, no habría muerte, ni matanza.
Los únicos disparos los producía una Reflex,
Las únicas amenazas las gritaba el murmullo del río,
Los únicos silencios precedentes a la muerte, interrumpidos por el viento,
Por los pasos inocentes.
Pero llegado al lugar del foso, rincón de piedras verdes y árboles desnudos,
De cascadas violentas y ríos bravos,
El cordero y el carnero, el verdugo y su victima, se fumaron a la muerte
y siguieron caminando.

Comentarios