sueño


 Languidece la luz onírica ,
Una suave niebla se contonea por mi sonrisa,
Ronroneos de conciencia
caen por mi cuerpo,
Que perezoso, al alba, se estira.  
Cómo un pequeño ovillo
de contagiosa vida.
Cómo un puñado de dulce nostalgia,
El oleaje del mar susurra calma,
Y lame mi piel, en una húmeda caricia.
Salpicaduras de lo eterno,
Rozan la cara disfrazada de sueño,
 Y virutas de la realidad,
 Me mecen en un abrazo de recogimiento,
Enterrada en las sabanas de la inconsciencia,
Con las pupilas perdidas,
entre lo cierto y lo incierto,
Me sacudo lo soñado en secreto,
Aquello que abraza mi cuerpo
como el oleaje del mar
Abraza, en sus profundidades,
Los corales.
Como cuando la espuma de mi serenidad,
Abraza al alba para que vuelvan a empezar,
Todos los deseos
Abraze entre la almohada,
para dejar caer,
Todos los miedos

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