Del cemento al barro

Cuando abrí los ojos al mundo por primera vez,
altos muros tapaban el cielo,
Me acostumbré a mirar siempre al suelo,
de cemento.
Tantas colillas usadas, gastadas, tiradas,
me dictaminó el futuro alimento,
que mis pulmones preferían a falta de oxigeno.
la banda sonora de pitidos varios,
gritos, sirenas, aviones, trenes frenando,
Elevó el volumen de la radio, del doble bombo, y los cantos desgarrados,
Y ensordeció a su vez mi ravia contaminada.
Mi alma enjaulada.
Las raices de mis pies amputadas antes de nacer,
Sabiendo que no todo era blanco o negro,
sino de un gris ceniciento.
Y siempre con la mirada perdida en el tranvía,
que se alejaba más allá de la podrida manzana.
ahogando mi olvido en ron, cerveza y demás,
desahogando mi olvido en agujeros hechos de barro
cada vez que puedo volver a ver el cielo,
que puedo volver a pisar la hierba fresca del suelo.

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